Renacer desde el Dolor: Un Nuevo Capítulo en Mi Vida

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Hoy quiero escribir sobre hacerme cargo de lo que me toca, pintarlo de colores y aprender a vivir con eso. En esta transición tan grande que estoy viviendo, estoy dejando atrás una etapa maravillosa de mi vida, pero a la vez dolorosa, llena de sacrificio y dolor.

El otro día, en una sesión con mi psicóloga, ella me dijo que me veía radiante, alegre y contenta, pero que no siempre me vio así. Muchas veces llegué a la consulta y me desvanecía en el sillón, devastada, contándole que no podía más y que no sabía cómo revertir la situación. Fueron años de lucha, donde a veces se sentía un respiro y luego volvía el caos.

Hay muchas partes de la historia que me he guardado para mí, porque el mensaje que salí a divulgar día tras día era para mí. Si yo no creía en eso, no podía decirles a ustedes que se podía. Desde el otro lado, veían a una mujer súper empoderada, una mamá luchona, una guerrera, o como quieran llamarle, y el mensaje pegó. Pero detrás de ese mensaje había mucho dolor, una herida en carne viva, miedos, temores y, por momentos, mucho cansancio y desolación.

Recibí un mensaje donde me decían que ya no era la misma, que habían llegado a mi cuenta siguiendo a una piba de barrio, de campo, guachita que hacía lo que podía y andaba de acá para allá con los pibes, y que eso estaba bueno y era un mensaje que conectaba y resonaba en las personas. Decían que esta mujer en la que me había convertido ya no estaba bien, y que ya no resonaban con mi mensaje.

Amo leerlas y me encanta poder conversar con ustedes, pero quiero que sepan algo: esa mujer que conocieron con el pelo corto, atrevida, verborrágica, impulsiva, ya no existe más. Ahora soy otra, y de eso se trata la evolución, ¿cierto? De transitar, aprender y seguir. Y eso es lo que estoy haciendo: seguir. La esencia es la misma, los valores, el sentir. Pero el dolor y la urgencia ya no existen más. Ya no voy apresurada, tejiendo sin parar hasta que me ardan los hombros de tanto trabajar. Mi mensaje ya no es hablar en voz alta ni gritar; es comunicar con respeto, compasión y amor.

No me creo más que nadie; soy una simple mujer queriendo vivir una vida más cómoda y liviana para poder invitar a otras personas a que vean y quieran más. Estoy en un momento de mi vida en el que puedo tener el privilegio de sentarme a pensar. ¿Ustedes entienden lo que es eso? Sentarme a pensar, en calma, sin ninguna urgencia, con los pies sobre la tierra y con paz. Eso es el resultado de años de inestabilidad, de lucha, de guerra espiritual. Años de ponerle el cuerpo y no descansar.

Tengo tres hijos: Enzo, que va a cumplir 17, Benicio, que está pisando los 13, y Julita, que tiene 8. Si me preguntan si lo volvería a hacer, la respuesta es siempre sí. Pero si pudiera elegir, no sé si volvería a elegir las condiciones, el entorno y la manera de correr. Pero sé muy bien que, sin todo eso, jamás podría haberme convertido en la mujer que hoy soy. Y ahí está el verdadero aprendizaje.

Benicio es mi hijo del medio y asumo que es el que más pudo notar mi ausencia. Siempre estuve en mi casa, pero solo estaba mi cuerpo; mi cabeza estaba más allá, siempre pensando en cómo sobrevivir sin poder tener un momento para proyectar. En una conversación con Benicio, le pedí disculpas. Le dio vergüenza que le pidiera perdón por mi ausencia y no quiso hablar. Pero yo sí tomé coraje y le pedí perdón por todas esas veces en que no había podido estar. La cabeza me estallaba, hijo. Te pido perdón, mi amor. Dame una nueva oportunidad para demostrarte que siempre estuve aquí y que podemos seguir construyendo desde otro lugar. Estoy lista, mi amor, estoy lista para que hagamos todas las cosas que antes no pudimos. Solo necesito que me des la oportunidad.

Vivir una vida en libertad y tomar la decisión de ir en búsqueda de nuestros sueños a veces tiene consecuencias que no son deseadas, pero la palabra sana. Sentarme y poder poner en palabras todo lo sentido y lo vivido, y que mi hijo me diga «no te preocupes, mamá», me devolvió la tranquilidad.

Siento que muchas veces se romantiza luchas que no están buenas, que no son sencillas de transitar. Detrás de cada mensaje poderoso hay dolor, hay lucha, hay incertidumbre. Uno no sale a la vida a comunicar con tanta pasión una historia que sea tibia, sencilla o fácil. Y es por eso que detrás de cada historia que conecta, hay una persona que está intentando reparar. Hoy tengo ciertos privilegios que antes no tenía, pero el amor y el respeto no se van. Estoy aquí, soy la misma y tengo mucho para dar, solo que en otro entorno, mucho más cómodo, con espacio para pensar y actuar, con momentos para descansar, con tiempo para disfrutar. Y todo eso no le quita belleza, poder ni veracidad a la nueva historia que tengo para contar.

Con cariño y gratitud,

Julieta Campelli-Mentora y Coach Ontológico Profesional-


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13 comentarios

  1. Me encanta leerte ,seguirte para mi SOS como una hermosa novela .
    Ya con 69 años no estoy para emprender nada nuevo ,y menos no manejando la tecnología .
    Pero te quiero mucho a voz y tus hijos, siempre te seguiré.
    Besossssssss!!!!!!!!!!

  2. Sos amorosa, proyectas verdad y se noto y sigue notando tu capacidad de superarte. Te felicito por tu lucha, con todo lo que implica, hay que tener unos ovarios así de grandes para enfrentar la vida como lo haces, seguí adelante por tus hijos pero fundamentalmente por vos. Te abrazo!!!!

  3. Juli, siempre es lindo leerte. Te acompaño en este proceso. Sólo tengo palabras de agradecimiento por todo lo que me enseñaste a tejer y a decir sí yo puedo. Me pone muy feliz tus progreso y transición! A vivir esta vida que es hermosa! Felicidades para vos y tus tres hijos que son hermosos! Besos y abrazos desde el sur.

  4. Que hermosas todas las palabras, no sos la misma que conocí,pero si sos la misma que tiene la palabra justa y siempre alienta a cada mujer que está pasando x un momento malo. Ahora con más tranquilidad pero con el mismo entusiasmo.
    Feliz de leerte ,cómo siempre.

  5. Evolución en su máxima expresión!
    Felicidades bella, siempre para adelante, me emociona leerte. Dios te bendiga a vos y a tus niños

  6. Leerte mujer es todo lo que está bien, siento que cada oración me llega hasta lo más profundo, te siento tan cerquita, porque sos tan real y eso te hace perfecta… te abrazo fuerte y deseo que sigas escribiendo historias empoderadas! Te sigo del tejido, tejo desde los 12 años y estoy por cumplir 30, pero en lo que te has convertido es de otro nivel Juli y por eso estoy orgullosa de vos éxitos y bendiciones !!!

  7. Es invaluable una mujer genuina, ese es quizás el verdadero poder y en lo genuino, cabe el dolor, las inseguridades y el llanto.
    Y otro punto que rescato es el de la evolución; maravilloso que no seas la misma sin dejar de ser tu.
    Todas las nuevas conquistas tienen sus pérdidas, esa es la vida.
    Todo lo mejor para ti.

  8. Wooow Juli, sin palabras!

    Se me anudó la garganta cuando hablaste de Beni y lloré!
    Amo leerte, amo verte crecer! Y sos inspiración para muchas de las que te seguimos!!❤️
    Gracias por transmitir desde el alma!
    Yo te sigo a donde vallas!!❣️
    Te amamos y a tus hijos!

    Sos inmensa!! Un abrazo enorme

  9. Al leerte, supe exactamente que sentías en esos momentos de desesperanza! Pase un tiempo largo por esos sentimientos y siempre creí q iba a pasar, y pasó! Siempre hay q seguir y luchar, no bajar los brazos, xq como dice la canción, al final siempre hay recompensa

  10. July ,llegaste al aquí y ahora de una manera increíble , llena de dolor y marcas pero todo eso te hizo quién SOS ! Te animaste a convertir tus sueños en realidad ,nada te detiene todo te transforma ,hoy identificas el propósito! Todo lo que pasa por ti se transforma! Admiración y mucho cariño me provocas ,abrazos inmensos para vos y tu gran Equipo (Por supuesto Enzo ,Beny y Ju) y felicitaciones por los cambios de tu hogar ,precioso todo!

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